Microperla
Julio 2021-07-08
LA PIEDRA EN EL CAMINO
Acabo de ver
la serie Humans en Amazon Prime, en la que se explora de manera delicada y con
una profundidad muy bien dosificada, como sería la evolución de un sintético de
aspecto humano, es decir de un androide, que en un momento determinado toman
conciencia de sí mismo gracias a un código complejo desarrollado por un
brillante científico. Resulta muy interesante ver como cada uno aprende en base
a la experiencia propia y cómo esto los define hacia una particularidad que los
hace únicos y muy humanos.
¿En qué
momento la criatura supera al creador? ¿Qué pasa cuando esto ocurre? ¿Por qué
hago estas preguntas? Quizás porque estamos en un momento de nuestra historia
evolutiva, en la que las criaturas humanas debemos evolucionar para dar un
propósito mayor a la humanidad y a la especie de la que formamos parte, porque
sino simplemente decaeremos y nos extinguiremos.
¿Cuál es el
escollo, la piedra en el camino que está impidiendo una transformación
inteligente y beneficiosa para el conjunto? Creo que justamente nuestra
incapacidad de incluir al grupo, al conjunto como algo importante para el individuo
particular. Incluimos al grupo pero de manera muy restringida e interesada.
Se nos educa
para el disfrute particular o el sacrificio particular, para que nuestras
aspiraciones de éxito sean un éxito personal, y se nos adoctrina en la cultura
“del triunfador”, desde la competencia en vez desde la exploración de los
propio dones. Este programa queda impreso en nuestra mente, no es muy diferente
en su diseño de la de un androide respondiendo desde los automatismos de su propio
programa.
Nuestros
círculos son pequeños: Yo, los míos, como mucho mi país; y todo lo demás queda
fuera como si su existencia no tuviera repercusión en mí.
Se usa la
política, el deporte, las ideologías, la religión etc., para fomentar la
separación y mantenernos en pequeños círculos endogámicos y a veces incluso
tóxicos.
Los grupos,
países, y la sociedad en su conjunto se vuelven decadentes porque sus miembros
lo son.
Esto podría
empezar a cambiar si los individuos empezáramos a usar nuestra mente desde una
conciencia más lúcida, que nos de visión, no sólo mirar las cosas sino ver a través
de ellas, para crecer sin miedo a la piedra en el camino, porque las piedras
sirven para construir cosas si aprendemos a usarlas.
Así nos
convertimos en individuos soberanos, capaces de nutrirnos y nutrir al grupo en
una relación de paridad y respeto mutuo; nada que ver con el formato de grupo
que se suele dar, formado por un rebaño que sigue a un líder que la mayoría de
las veces casi nadie conoce, así es como suelen funcionar las organizaciones
actuales. En este modelo te conviertes en un seguidor en vez de ser creador.
Toca abrir
el paso al nuevo modelo de sociedad, ahora es el futuro, pero necesitamos usar
los errores del pasado con inteligencia y conciencia, para construir algo mucho
mejor, nada exclusivo sino inclusivo, nada privado sino común y compartido, respetando, eso
sí, la singularidad de lo particular como la mejor fórmula para que el grupo se
mantenga fresco, siempre abierto a la prosperidad que da el continuo reciclaje
gracias a la independencia de sus miembros.
Tenemos un
futuro esperando, que ahora, en este presente; perdamos el miedo a existir libres.
Ahora, nos
toca tomar esa pesada roca y mirar en que la vamos a transformar.
Aquello que
no te destruye te construye, así que crea algo hermoso desde ti para la
humanidad, porque comenzamos un nuevo ciclo, en el que esta vez, todos
estaremos incluidos.
Ángeles
Saloa
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